El concepto de geodiversidad surgido a finales de la década de 1990 (Serrano Cañadas y Ruiz-Flaño, 2007) y aplicado a la gestión de espacios protegidos principalmente, ha adquirido mayor preponderancia en el último tiempo. Esto se evidencia, en la popularización en publicaciones y eventos científicos, pero también y fundamentalmente, a partir de una estrategia de conservación impulsada desde la UNESCO, que es la figura de geoparques, y también a partir del desarrollo de una nueva modalidad de turismo alternativo denominado geoturismo.